miércoles, 16 de octubre de 2013

Los recuerdos de infancia


Hace tiempo escuché una frase que decía:

LA  INFANCIA  ES EL PATIO  TRASERO  DONDE   DE  ADULTOS  JUGAMOS.



He pensado mucho en ella… alguna vez te ha pasado que estando triste o preocupado de pronto una canción, un olor o una imagen, te ha transportado a un momento feliz de tu infancia, y el sólo recuerdo, ahh, te ha dado paz, y ha sacado una sonrisa? 
Como cambia todo verdad, ese solo recuerdo ese momento te ha dado otra perspectiva a tu presente.
Hay personas que tienen muuuchos recuerdos felices de su infancia, otros no tantos, y otros por desgracia querrán olvidar la mayoría por ser recuerdos triste y hasta crueles.
Basado en esto, te has puesto a pensar que nosotros los adultos somos los que creamos esos recuerdos en los niños que nos rodean, si, por que el mundo está dominado por adultos, asi que nosotros tenemos la sartén por el mango, yo creo que nosotros como padres tenemos no sólo el deber, sino el privilegio de poder hacerlo todos los días, pero no somos los únicos, son los tios, los abuelos,  los profesores, los vecinos, etc
Te doy un ejemplo, (una anécdota personal):

Estábamos de vacaciones mi esposo mis hijitos y yo, era verano, asi que bajábamos   todos los días a la piscina del hotel.
El primer día observé  a una niña de unos 10 u once años sentada al borde de la piscina de niños, “vigilando” a dos niños de 4 y 6 años aproximadamente, al parecer sus hermanitos, la niña de vez en cuando se acercaba a los niñitos que jugaban felices en el agua, los ayudaba con algo y luego volvía a su posición al borde de la piscina.
La niña era bastante gordita y tenía una mirada huraña pero también triste y aburrida….
Al día siguiente cuando bajamos  de nuevo con mis pequeños lo mismo, y al tercero también, pero ese día mis pequeñitos no querían salir del agua por lo cual nos quedamos casi una hora más y tuve una oportunidad.
Los papás de la niña, llegaron a recogerlos, y mientras recogían sus cosas, yo hice como que iba al otro lado de la piscina y al pasar por donde ellos estaban me paré y le dije a la niña un poco alto para que escucharan los padres, Y esta preciosura, no se baña?? Tienes que jugar y divertirte, todavía eres una niña y muy linda además!!!
Los padres se quedaron atónitos, la miraron como si por primera vez cayeran en cuenta que era una niña y necesitaba divertirse. Yo seguí mi camino como si nada.
A la mañana siguiente cuando bajamos a la piscina me encontré con que e quien estaba sentada al borde de la piscina de niños vigilándolos, no era la niña si no la mamá, y la niña jugaba feliz, feliz, en el agua sin ninguna preocupación.
Durante el resto de la semana esos papás se turnaron  para cuidar a sus hijos y la niña se dedicó a lo que se debe dedicar una niña: a jugar.

Modestamente me gusta pensar que gracias a mi pequeña intervención (no me llevó más que unos segundos)  esa niña tiene unos bonitos recuerdos de esos días de verano.

Y bien, que te parece si desde hoy tratamos de fabricar recuerdos bonitos para los niños que nos rodean?

 


No hay comentarios.: